sábado, 7 de julio de 2012

¡¡No os lo podéis perder el año que viene!! (si tenéis el nivel 80, claro)

Un lugar emblemático lleno de lujos. Tíos atractivos, adultos, de más de 30 años, hechos y derechos, que se ganan la vida con negocios de alto nivel, curtidos por la vida y por el gimnasio. Tías buenas como jamás visteis, con más curvas que la puta muralla china y con menos ropa que el armario de Tarzán. Tomando bebidas que cuestan lo que ganáis en un año. La promesa de que la fiesta no terminará en una noche. Todo esto y más tras el click en "Más Información".


miércoles, 4 de julio de 2012

CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO: UNA BAZOFIA INSOPORTABLE

Con todos vosotros, la primera colaboración del blog: la Srta. Amapola, desde su cuaderno de bitácora "En la biblioteca y con el candelabro", ha decidido mandarme un pequeño artículo sobre la maravillosa saga Canción de Mierda y Fuego, y yo encantado de la vida porque me ha parecido un texto muy instructivo y que os ayudará a comprender ciertas cosas, al menos eso esperamos ella y yo.
Me ha dicho que habrá más colaboraciones en el futuro, así que genial. También aviso desde aquí que quien quiera colaborar en este blog necesita tener más de 120 de C.I. y un texto que merezca la pena, no como las mierdas que soleis escribir en vuestras paginuchas vulgares intentando atraer la atención de alguna editorial de libros o juegos para que os manden alguna de sus mierdas promocionales, al estilo El Píxel Ilustre. Lo dicho, para más colaboraciones escribid a laopiniondedesia@gmail.com.

CANCIÓN DE HIELO Y FUEGO



“Trescientos mil millones de moscas no pueden estar equivocadas…”
Eso dice la sabiduría popular, aunque claro, la frase también indica que devores excrementos, porque el enorme número de insectos, todos haciendo lo mismo y sin cuestionarse siquiera si es una asquerosidad o no, o si existiría algo más selecto y menos escatológico al paladar, así lo indica.
Hazles caso. Actúa igual que los miles de millones de moscas, total, no vayan a pensar tus amigos apuntados a la moda starwarsiana de medio pelo, melena casposa y gordura granulienta o por el contrario, tan asquerosamente delgados que los pantalones se caen para enseñar los calzoncillos del color de la toga de Yoda, o con los palominos de Yoda, que no eres digno del grupito.
Y en esta sociedad de moscas, moscones y borregos todos haciendo lo mismo, la nueva moda para aparentar ser friki es leer Juego de Tronos. Perdón: Canción de Hielo y Fuego. Aunque claro, de todos es bien sabido que la enorme mayoría de esos millones de neo-frikis que han comprado el primer tochaco, no van a dejarse los dólares en la segunda remesa, ni en la tercera, la cuarta... Faltaría más y para eso está la serie de TV –que dicho sea de paso, no vale un pimiento en comparación con el libro–. Pero es que claro, hay que decir que “ASOIAF” o “GOT” (atención, chicos neo-espinillosos con vuestras neo-camisetas negras, hay que decir de corrido las iniciales de todo el título pero en inglés, ¿eh? No se os ocurra poner JDT (interesantes siglas) o CDHYF, que seríais unos cutres y paletos wannabes de Navalmoral del Peral y sus pedanías). Pues eso, que me desvío del tema, que hoy en día hay que decir que ASOIAF es la bomba, el no va más de la literatura épica, que RRMartin es el nuevo dios, no vayan a dejarte de lado y no puedas ya estar en el grupo megachachi por decir: “eso es una mierda que sólo la leerían trescientos mil millones de moscas”.
Porque ASOIAF es una birria truñesca de tamaño catedralicio, un esperpento basado históricamente en la Guerra de las Dos Rosas. Muy buen historiador Mr. Martin, pero ya está, señores. Una trama que dirían interesante… erm ¿cuál? ¿Qué trama? ¿Me cargo a los personajes para crear ambiente violento, casi gore como la tipa que se come sus propios dedos de hambre, (vaya usted al caraho Mr. Martin, eso no lo hace ningún ser humano, intente escribir con lógica); les doy sexo sin escrúpulos y ya incluso sin sentido, sigo matando gente sin siquiera darme cuenta de lo que escribo ni por qué, en plan tirada de dados, y luego, cuando me encuentro que me he cargado a los pj antes de tiempo, los resucito porque si no, no puedo seguir con el libro? Errmmm, mucha tela. ¿Dónde está la trama? Seguimos con los liazos palaciegos del dedo meñique que se te mete por los ojos, la khaleesi trotando por el mundo, la pedorra Samsa hundiéndose en la miseria cerebral, la Catelyn muriendo y resucitando al buen tuntún… pero de chicha de la buena, de historia épica y asombrosa na de na.
Esto no es más que un culebrón de sangre, violencia sin sentido y sexo, que no tiene fin, ni siquiera interés en que haya fin, pero seguiréis comprándolo para completar la colección y para reafirmaros en vosotros mismos: ¡oye, que lo leen mil millones de moscas! Y no estoy en contra del sexo, ¿eh? Ni mucho menos. Pero es que en ASOIAF lees el capítulo y dices: “¿Y esto a qué ha venido? ¿Para qué sirve esto si ni siquiera me ha entretenido ni tiene nada que ver con la historia ni con una subtrama, ni es procedente para el desarrollo de los acontecimientos?”.


Eso sí, preparad el bolsillo, neo-frikis, que el amigo RRMartin, o tal vez la Editorial Gigamesh en modo ninja ON, va a pediros más de 45 euracos en tapa dura, con dos cojones. Tal vez merezca más la pena esperar a la serie de la tele, no creo que perdamos mucha candela entre el libro “Danza de Dragones” –DOD–, y lo de la tele, que será “Danza de Julais” –DOJ.
Queridos niños de 14 años recién salidos del cascarón con la camiseta negra de Star Wars o de Cthulhu y que pronto creeréis que tenéis tooooodos los derechos del mundo porque vuestros padres retrasaditos así os lo han hecho creer, leed JDT (sí, jo-de-te), haceros vuestras pajillas secretas pensando en Cersei o en la fulanina que traiciona a Tyrion, da igual. Lo importante es que no penséis, no comparéis, no seáis capaces de elegir algo muy distinto y de más categoría. Total, lo que hay ahora en el mercado: Crepúsculo (leído por un billón y medio de moscas), Juegos del Hambre (sólo 500 millones de moscas), True Blood (apenas cuatro moscas pseudocrepusculianas) tampoco os dejan mucha opción.
Algo bueno tiene ASOIAF: Eddard Stark no dura lo suficiente para convertirse en un bufón catastrófico, y bueno, la otra parte es que al ritmo de 5-6 años por libro, afortunadamente Mr. Martin podrá relatar sus historias épicas al buen Dios dentro de poco sin aburrirnos ya hasta el vómito.
Madre mía, todavía recuerdo cuando leí el Sueño del Fevre de este mismo señor hace un montón de años y me dije: que el arcángel Tyrael le conserve el oído y la vista, porque las manos literarias le han desaparecido a este buen hombre hace tiempo. Parece que no me equivoqué.

Fdo:
Señorita Amapola.
En la Biblioteca y con el Candelabro.

lunes, 2 de julio de 2012

El Píxel Ilustre y el más allá de los juegos

De un tiempo a esta parte estoy dándole vueltas a un tema problemático que siempre me ha sorprendido y del que creo que habría que hacer algo por solucionarlo y si es posible, abrirles un poco los ojos: LOS BLOGS DE NIÑATOS SOBRE JUEGOS. 
Resulta que hay una serie de personajes por ahí que no deben superar los 20 años, que se dedican a hacer entradas y a comentar noticias sobre videojuegos imitando a profesionales del periodismo de verdad. Son jóvenes que creen emprender algo y que luego a los años tienen que dejar su pseudo-aventura para dedicarse a trabajar en algo serio, mientras tanto hacen artículos como este:

Lancelot y Mario. El carretas y el calzonazos.



Una cosa es por ejemplo, la página de Meristation, Hardgame (recomendada por mi amigo Handlolo) o 3Djuegos, que simplemente se dedican a poner noticias y comentar las novedades de ese hobby más propio de mentes infantiles (salvo contadas excepciones, que yo tambien juego a algunas cosas de pensar o doy algunos golpes en juegos de lucha), y otra es creerse un gran periodista y analizar los juegos como si tuvieran una gran trascendencia e importancia, cuando no deja de ser un hobby (y bastante vulgar además, pues todo el mundo tiene posibilidades de jugar). Vamos, como si los juegos fueran algo más que un simple pasatiempo para niños y unos pocos adultos de mente infantil con tiempo libre debido al paro o a que viven en casa de mamá y papá.